20 de Octubre de 2016
Cáritas plantea en la conferencia Habitat III de Quito los desafíos para el cuidado de la Casa Común
Intensa agenda de trabajo de los miembros de la delegación de la red internacional de Cáritas en la cita mundial que acoge la capital ecuatoriana
Cáritas. 20 de octubre de 2016.- Los miembros de la delegación de Cáritas Internationalis que participan esta semana en las sesiones de la Tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Sostenible (Hábitat III), que tiene lugar en Quito (Ecuador), están desarrollando una intensa agenda de trabajo para reclamar la defensa del Derecho Humano a la ciudad y a una vivienda adecuada, y su inclusión en el corazón de la Nueva Agenda Urbana que se debate en la capital ecuatoriana.
Este objetivo ha sido el eje del evento paralelo (side-event) sobre el tema “Un hogar común donde todas las personas puedan vivir dignamente”, organizado por Caritas Internationalis con el apoyo de Cáritas Ecuador y Cáritas Española el pasado lunes 17 de octubre en la Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión» de Quito. El acto que fue inaugurado por monseñor Bernardito C. Auza, observador permanente de la Santa Sede ante Naciones Unidas en Nueva York y ante la Organización de Estados Americanos, y tuvo como moderador a Joan Uribe, de FEANTSA y como ponentes a Leilani Farha, relatora especial de la ONU para una Vivienda Adecuada; Mauricio López, secretario ejecutivo de Cáritas Ecuador; y Sonia Olea Ferreras, experta de Caritas Española y Caritas Internationalis.
Dignidad y derechos
“Necesitamos repensar a partir de las territorialidades y aquí el concepto de hábitat se vuelve fundamental, la integración de las distintas dimensiones, no basta con planificadores urbanos, arquitectos, desarrollistas, se necesita que tengan elementos de filosofía, ecología, política, arte, antropología, sociología, todo lo mejor del conocimiento humanos para centrar en la dignidad de la persona”. Así se refería Mauricio López en ese side-event al tema de la fragmentación cultural del descarte y la esperanza que emerge de los territorios en la Panamazonia.
Sonia Olea, por su parte, aseguró que “cuando hablamos de la casa común queremos que no sea algo filosófico, que los principios queden claros y que se expresen”. “Dejemos de hablar de derechos humanos de primera, segunda, tercera y cuarta categoría, ya que todos los derechos humanos deben encontrarse a un mismo nivel”, añadió.
Al día siguiente, el martes 18 de octubre la Sala Aurelio Espinosa Pólit de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) acogió un coloquio sobre “Planteamientos y desafíos de Hábitat III para el Cuidado de la Casa Común”. Ese encuentro contó de nuevo con la participación de Sonia Olea, junto a Diego Guevara, de la PUCE, y Cristofer Velasquez.
Los temas centrales que se abordaron en ese evento fueron una reflexión en torno a la construcción participativa de una agenda urbana inclusiva y el derecho a la vivienda como un derecho fundamental. Para ello, se tomó como referencia la encíclica Laudato Si´ como punto de partida que permita a los participantes considerar cuál es la aportación de este texto pontificio y su fundamentación filosófica para abordar una reflexión crítica en torno a los temas concernientes que se derivan de la agenda de Hábitat III.
Repensar las ciudades y la vivienda
El Derecho Humano a la ciudad y a una vivienda adecuada es para Cáritas un principio esencial para repensar las ciudades y la vivienda a través de un enfoque holístico que promueva la justicia social, el desarrollo humano integral, el pleno disfrute de los Derechos Humanos, la participación y la inclusión de toda la ciudadanía, de los poderes públicos y de las comunidades locales, sobre todo de los grupos vulnerables y excluidos y, en especial, de las poblaciones indígenas.
Cáritas recuerda que la legislación internacional sobre Derechos Humanos ofrece una valiosa contribución al debate actual tanto sobre el diseño, desarrollo e implementación de espacios públicos sencillos y abiertos, como sobre el logro de viviendas adecuadas y dignas para su ciudadanía. Los municipios y gobiernos locales son capaces de proveer a su ciudadanía del pleno acceso a sus derechos civiles, políticos, sociales, económicos, culturales y medioambientales cuando garantizan debidamente los estándares de Derechos Humanos de accesibilidad, asequibilidad, habitabilidad, disponibilidad y calidad en los espacios públicos y en la vivienda.
