21 de Noviembre de 2008
Cáritas distribuye 500 toneladas de alimentos en el Kivu Norte.
Cáritas. 21 de noviembre de 2008.- La red Cáritas en la República Democrática del Congo continúa la distribución de 471 toneladas de comida, suministradas por el Programa Mundial de Alimentos, a una población de 65.000 personas repartidas en los campos de desplazados de Mugunga 1, Mugunga 2 y Bilengo, en la región del Kivu Norte. Además de esta distribución, Cáritas lleva a cabo estos días el reparto de ayuda de emergencia no perecedera a 3.620 familias acogidas en la localidad de Ntamugenga, a 80 kilómetros de Goma. Cada familia está recibiendo un lote de productos integrado por mantas, pañales, ropa para niños y para adultos, enseres de cocina y jabón.Como ha señalado Bruno Miteyo, secretario general de la Cáritas de la RD Congo, “la gente sigue huyendo a la selva y hacia las montañas”. “Hay que tener en cuenta –explica— que el Kivu está mucha altitud y hace frío, y que los desplazados han abandonado a toda prisa sus hogares, sin llevarse nada consigo, ni ropa de abrigo ni comida”.Sigue el flujo continuo de desplazadosEn la zona se sigue registrando un movimiento continuo de desplazados hacia las regiones más septentrionales de la provincia del Kivu Norte, según señala la Cáritas Congoleña. Otras muchas personas permanecen escondidas en la selva o en los campos de desplazados de Lubero Sur, donde la situación humanitaria se degrada día a día. Se ha sabido también que algunas familias que han intentado salir de la selva para regresar a sus poblados han sido desvalijadas por los militares. Y ayer mismo se escuchaban en las localidades de Kirumba y Kanya los disparos con los que los soldados suelen atemorizar a la población para que huya antes de comenzar el pillaje. De hecho, ya se había confirmado el saqueo del Centro Nutricional Terapéutico de Kenya.Las tareas de ayuda en toda la región están siendo un verdadero desafío para el personal de la red Cáritas, dado que el acceso a muchas zonas se ve interrumpido como consecuencia de los combates armados. “Nos preocupa sobre todo –afirma Bruno Miteyo— la especial vulnerabilidad en la que se encuentran muchos niños, ancianos y mujeres encintas, que se han quedado aislados y a los que no está llegando ningún tipo de ayuda”.
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