Charla sobre las saqueras de Vitoria en el Centro de Formación

Sobre las mujeres que cosían sacos en Vitoria

¿Quiénes fueron las saqueras?

Ayer por la tarde tuvo lugar, en el Centro de Formación de Cáritas, la charla “Las saqueras de Vitoria: ejemplo de lucha y trabajo”. La charla fue ofrecida por Concha Rubio, formadora del Centro y partícipe de la investigación que en 2022 la Casa de las Mujeres – Emakumeen Etxea llevó a cabo sobre las mujeres que cosían los sacos en Vitoria en los finales del s. XIX y principios del XX. Con esta actividad se completa ya la propuesta de sensibilización diseñada por el Programa de Mujer, en torno a la celebración del 8 de marzo, con la intención de poner en valor a mujeres referentes en la lucha por la igualdad.

Respondieron a la convocatoria en torno a cuarenta mujeres de la escuela del Centro de Formación y del grupo de Autoayuda Cáritas en la zona. Esta era una cita importante por dos motivos. El primero de ellos, que era un tema pendiente la devolución al grupo de mujeres de los resultados de aquella investigación a la que se les invitó a participar con sus recuerdos o las informaciones que pudieran aportar sobre la actividad social y laboral de las saqueras en la ciudad. El segundo de los motivos, el hecho de que, precisamente, un espacio de Cáritas se muestra como un lugar idóneo, donde poner en valor el papel que unas mujeres en situaciones de extrema necesidad o pobreza desempeñaron, para abrir camino en la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo y para la mejora de sus condiciones laborales.

Punto de partida de la investigación

El vacío documental existente sobre las saqueras fue recogido como un reto en el marco del Taller de imagen y memoria organizado por el Servicio Municipal de Igualdad y desarrollado durante los meses de marzo a junio de 2022 por Silvia Ayerra, Susana González y Concha Rubio.

El taller contemplaba que el cierre de la investigación fuera un acto de calle donde interpelar a la sociedad y visibilizar el papel de las saqueras y sus reivindicaciones, con la colaboración de unas fotógrafas de Pamplona que ya llevaban tiempo realizando acciones similares en otros lugares de Euskadi.

Descubrieron una canción de Alfredo Donnay que hablaba de las saqueras. Hay constancia documental de otros grupos de mujeres que, con el proceso de industrialización, fueron incorporándose al trabajo: las naiperas, las cremallereras, las montadoras de BH… Pero sobre las saqueras… ¿Quiénes fueron las saqueras de las que habla Donnay en su canción?

La primera puerta que tocaron las investigadoras fue la de la Escuela de Mujer del Centro de Formación. Allí llegaron, para hablar con las mujeres; preguntarles qué sabían de las saqueras, de su trabajo, si tenían algún detalle que aportar, alguna información de donde poder tirar. Y así, hablando con este grupo de mujeres de diferentes edades, lugares de origen, formación y experiencia, y pensando en esas mujeres del cambio del siglo XIX al XX, que tan importantes habían sido en el desarrollo industrial, se dieron cuenta de que no iba a ser fácil. Aun así, fueron saliendo nombres, personas que podían llevar a otras que, a lo mejor, podían tener algún dato para seguir avanzando. La riqueza de hacer con otros y otras, siempre acaba dando fruto.

Aportaciones

Las investigadoras se repartieron el trabajo. Un estudio facilitado por la UPV sobre la situación de las mujeres en el mercado de trabajo en el tránsito del s. XIX al XX documentaba que, efectivamente, las mujeres trabajadoras de la época procedían de ambientes marginales, de condiciones de precariedad o pobreza familiar. Eran, en su mayoría, muy jóvenes; viudas desamparadas e, incluso, “solteronas” (así se recoge en el estudio). Desempeñaban su labor en condiciones de mucho frío, con un material (el yute) difícil de trabajar por su rigidez. Las mujeres que en aquel tiempo daban el salto a la industria lo hacían por necesidad, pero la importancia de este hecho impulsado por la pura supervivencia radica en que la presencia de estas mujeres en los talleres hizo posible también que abrieran camino para el cambio que se produciría después.

Gracias al contacto con el archivo Alojar la mirada, les llegaron fotos de mujeres que habían trabajado en otros espacios laborales en Vitoria. Siguiendo el hilo de una información aportada por una de las participantes del Centro de Formación, hablaron con el hermano de una mujer que había trabajado como saquera. Fue este hombre quien les habló de la dureza del trabajo de las saqueras y de su compromiso con la lucha por sus derechos laborales y en apoyo también a otras causas. Este hombre les puso en la pista de buscar información en los sindicatos.

A raíz de ese encuentro, contactaron con la CNT. En la CNT les hablaron de la huelga de 1905 (muy represaliada) y les instaron a buscar más información en la hemeroteca de la Casa de la Cultura, en el Archivo Histórico de Álava y en el Archivo Municipal. Así fueron ampliando la información y también consiguiendo algunas fotos.

Dieron con un artículo publicado en el Heraldo Alavés en el que aparecían las saqueras, en 1907, después de una huelga. Entre las reivindicaciones de las saqueras estaban: 25 pesetas más por cada 100 metros de tela que cortaban, un fondo de socorro para las mujeres obreras con necesidades (con el dinero reportado por las multas que les ponían a las obreras); que se pudiera readmitir a todas las mujeres que hubieran participado en la huelga, incluidas las más subversivas; y que se utilizaran los mismos criterios de pago en todos los talleres. Hubo catorce heridas y cuatro detenidas. Pero el cierre de la fábrica —conocida como La Carmela, por haber sido anteriormente un convento de los Carmelitas—consiguió el objetivo: no había sacos donde meter las patatas o la remolacha y tuvieron que llegar a un acuerdo. Se abría así una puerta importantísima en la lucha por las condiciones laborales de las mujeres. Empezaba a tomar cuerpo la investigación.

La última información recibida fue sobre el almacén de remolacha que llamaban “del químico”, a donde iban mujeres a coser sacos por horas, un trabajo con el que apoyaban la economía familiar. Ayer mismo, tras la charla, una mujer habló de la fábrica de Araia donde las mujeres cosían los sacos del carbón, llenos de polvo.

FOTOS ANTIGUAS

La canción de Alfredo Donnay

Junto a la letra, podemos escuchar aquí este audio; un fragmento de la canción que aportó Concha a la reunión, del que apenas se oyen un par de segundos, antes de que las mujeres presentes en la charla se arrancaran a acompañarla con sus propias voces. 

Audio:


Letra:

Antes no había en Vitoria

más mujeres trabajando

que saqueras y naiperas

del Carmelo y Casa Alfaro.

Ahora las hay charoleras

y otros oficios también.

Y muy pronto las veremos

fogoneras en el tren.

Si a esto no hallamos remedio,

los hombres quehacer tendremos:

de maridas en las casas,

al cuidado de los pucheros

y con nuestros capacillos

tendremos que ir a comprar

los sagrados menesteres

para poder manducar.

No pudo ser

No pudo ser que la investigación tuviera el cierre previsto: un acto en la calle consistente en la pegada de una foto que permitiera llamar la atención y ofrecer información sobre las saqueras y su aportación al camino por la igualdad. Tras varios intentos y varias negativas por parte del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, no se obtuvo permiso para ninguna de las ubicaciones propuestas. La foto elegida (la última de la galería) está pegada sobre un tablón de madera y expuesta en la Sala Nagusia en la Casa de las Mujeres.