- Cáritas está presente desde hace años en Malí, Sudán del Sur, República Democrática del Congo, Haití o Burkina Faso, países donde las poblaciones afectadas no reciben suficiente ayuda internacional.
Cáritas.- 17 de agosto 2023. Las necesidades humanitarias mundiales están en su punto más alto. La guerra en Ucrania acelera la crisis alimentaria y energética mundial. Enfermedades desde el cólera hasta la COVID-19 se siguen cobrando vidas y perturban las economías. La crisis climática está causando sequías mortales e inundaciones sin precedentes: el Cuerno de África está soportando una quinta temporada de lluvias fallida consecutiva y las inundaciones récord han sumergido aldeas enteras y cosechas en Nigeria y Pakistán.
El hambre alcanza niveles récord a nivel mundial (45 millones de personas en 37 países corren el riesgo de morir de hambre), especialmente en países como Afganistán, Etiopía, Haití, Somalia, Sudán del Sur o Yemen. En cada crisis humanitaria, las mujeres y las niñas son las más afectadas por la pobreza y el hambre: se calcula que 388 millones de mujeres y niñas viven en la pobreza extrema.
Para 2023, según la OCHA (Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios), se prevé que 339 millones de personas van a necesitar ayuda humanitaria y protección (un aumento de 65 millones desde principios de 2022) en 69 países. El número de personas desplazadas internas y refugiadas continúa su aumento constante, alcanzando un récord de 103 millones.
“Las cifras muestran un desequilibrio de financiación entre las crisis humanitarias, con el llamamiento de Ucrania que está cubierto casi al 90%, mientras que otras ‘crisis olvidadas’ están significativamente infrafinanciadas, como la de Malí, Sudán del Sur, Haití, República Democrática del Congo (RDC) o Burkina Faso; contextos humanitarios en los que Cáritas Española sí que está presente desde hace años”, asegura Laure Salies, referente de Acción Humanitaria del Área de Cooperación Internacional de Cáritas Española.
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