- En su mensaje para el Corpus Christi, los obispos agradecen a tantas personas voluntarias, cuya entrega y testimonio son “semillas de bien común para la sociedad”.
Conscientes de que el bien, el amor, la justicia y la solidaridad han de ser conquistados cada día, Cáritas lanza su tradicional campaña de Caridad. Bajo el lema “Allí donde nos necesitas, abrimos caminos a la esperanza”, la Confederación se une a la fiesta del Corpus Christi -que se celebrará este domingo 2 de junio- con una invitación a salir al encuentro de los demás, especialmente, de las personas más pobres; comprometerse con el bien común y cultivar la solidaridad encomunidad.
A través de esta campaña, Cáritas quiere hacer visible el clima de desesperanza social y de desorientación en el que viven muchas personas debido a sus graves dificultades para acceder a una vivienda; por la creciente precariedad laboral o por encontrarse en una situación administrativa irregular.
La experiencia de Cáritas al lado de estas personas es que es posible ‘recalcular la ruta’. En palabras de Eva San Martín, coordinadora de la campaña de Caridad de Cáritas, “cada encuentro, cada relación de ayuda significativa, cada diálogo sanador es sacramento de esperanza, especialmente para la persona más vulnerable. Se trata, pues, de salir al encuentro para acompañar la vida, su proceso de sanación y recuperación, su proceso de desarrollo en busca de una vida mejor, estableciendo
vínculos con la persona”.
Abrir camino a la esperanza es una tarea ardua, que conlleva una responsabilidad afectiva y efectiva, coherente y cercana. Algunas de las iniciativas concretas en las que Cáritas está comprometida es la regularización de las personas extranjeras en nuestro país; facilitar formación para alcanzar un empleo y defender la dignidad de todas las personas que sufren alguna situación de vulnerabilidad o pobreza haciendo lo posible para que puedan acceder a sus derechos.
“Allí donde las personas nos necesitan, sea cual sea su historia, estamos y queremos estar, como Iglesia, como comunidad cristiana, como Cáritas, alzando la voz para denunciar el sufrimiento, la falta de oportunidad, y para anunciar la buena noticia de la esperanza en cada camino nuevo que se traza, en cada puerta que se abre, en cada encuentro que invita a empezar de nuevo”, señala Eva San Martín.
“¡Gracias por tanta entrega y testimonio!”
En su habitual mensaje con motivo del Día de la Caridad, los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social subrayan que la fiesta del Corpus Christi nos sitúa en el centro de la vida cristiana y “nos hace testigos de la compasión de Dios por cada hermano y hermana”. “Hacerse caridad -recuerdan- es ser, junto a Jesús, pan partido para la vida del mundo”.
Los miembros de la Subcomisión señalan que “celebrar la Eucaristía es comulgar con Jesús y su proyecto del Reino para vivir cada día de manera más entregada, trabajando por un mundo más humano”. Esta misión requiere llegar a las personas, allí donde estén, logrando, ante todo, “reconocerlos realmente”, para hacerlos “parte de nuestra vida”.
“El papa Francisco -señalan- nos hace dos propuestas para abrir camino a la esperanza pública, bien común de todos: impulsar y animar la cultura del encuentro y la cultura del cuidado para erradicar la indiferencia, el rechazo y la confrontación, que suele prevalecer hoy día”.
Esa cultura del encuentro y del cuidado es una realidad en la vida de muchas personas. Por ello, los obispos agradecen el amor, la gratuidad y el servicio de tantas personas voluntarias, cuya entrega y testimonio son “semillas del bien común para la sociedad”.
“Sus brotes -concluyen- se concretan y se hacen visibles en las vidas de las personas que vuelven a sentirse dignas porque son miradas y escuchadas desde el amor y el cuidado. ¡Gracias por tanta entrega y testimonio!”.
Hasta el próximo domingo, 2 de junio, festividad del Corpus Christi, las Cáritas de toda España celebran como cada año la Semana de Caridad. A lo largo de estos días, cada Cáritas tiene una cita con la transparencia y la rendición de cuentas sobre el trabajo desarrollado a lo largo del año en sus respectivas diócesis y parroquias, que va acompañada de colectas y acciones de captación de recursos, y las celebraciones litúrgicas.