- Señala la dificultad de acceso a la vivienda como el principal problema al que se enfrentan las personas en riesgo de exclusión atendidas por la institución en el territorio autonómico.
- Cáritas pone el foco, además, en la carencia de bienestar emocional y salud mental que acusan muchas personas en situaciones de vulnerabilidad y pobreza.
Previo a la presentación simultánea de los informes de actividad anual correspondientes a las tres Cáritas que conforman Cáritas Euskadi, la entidad ha ofrecido una valoración conjunta tanto de los datos globales destacados, como de las conclusiones que arrojan, de cara a visibilizar aquellos aspectos de las realidades de pobreza detectadas en el territorio de la Comunidad Autónoma Vasca.
El total de las personas atendidas por Cáritas Euskadi en 2023 no ha variado sustancialmente con respecto al año anterior; lo que supone que Cáritas mantiene su volumen de atención en el conjunto del territorio con un total de 42.241 personas atendidas (34.288, en 2022), de las cuales un 55,3 % fueron mujeres (56 % en 2022). Algo similar ocurre con el gasto en ayudas económicas que en 2023 fue de 6.876.831,95 € (6.904.885,18 € en 2022).
Dificultad de acceso a vivienda y empadronamiento
Los datos registrados en relación con la acción desarrollada por Cáritas Euskadi, permiten sacar conclusiones e identificar las dificultades que más están afectando a las personas y familias. En primer lugar, el acceso a la vivienda. El elevado precio del alquiler de pisos y habitaciones, los requisitos para el acceso a los mismos y la insuficiente respuesta pública a una necesidad tan acuciante como esta llevan a las familias a tener que compartir vivienda y/o habitaciones, y a enfrentar situaciones de exclusión complejas. A ello se une la incertidumbre con respecto a las prestaciones de vivienda, como consecuencia del cambio legislativo que las desvincula del sistema de Renta de Garantía de Ingresos. En relación con todo esto, la dificultad añadida del acceso al empadronamiento. Cáritas Euskadi insiste en visibilizar este problema en tanto en cuanto el padrón supone la llave para el acceso a derechos y oportunidades de las personas.
Por otro lado, la carestía de la vida ha tenido un gran impacto en la economía de las familias y, en mayor medida, en aquellas con ingresos precarios o insuficientes. La mayor dificultad de acceso a los bienes básicos ha endurecido las condiciones de vida de muchas de las personas atendidas por Cáritas y complicado sus procesos de inclusión social.
Exclusión y salud mental
Otra de las conclusiones extraídas de los datos analizados por Cáritas Euskadi es la ausencia de bienestar emocional y problemas de salud mental que acusan muchas personas atendidas, como consecuencia del sufrimiento padecido por las situaciones que atraviesan. Junto a ello, Cáritas constata la dificultad añadida del acceso a tratamientos y recursos para hacer frente a su malestar.
Voluntariado
Cáritas Euskadi contó en 2023 con el apoyo de 3500 personas voluntarias que, en un porcentaje destacado —el 73,2 %— continúan siendo mujeres. Este es el importante número detrás del cual están todas aquellas personas comprometidas altruistamente en la dinamización de la acción y el acompañamiento a las personas atendidas por Cáritas en servicios, recursos y programas: «Un año más, queremos agradecer y poner en valor el compromiso de todo el voluntariado de Cáritas, mayoritariamente mujeres, que hacen posible la tarea de Cáritas en su compromiso por la justicia social».
