Desde el Centro de Formación de Cáritas queremos poner en valor la importancia de la formación en el itinerario formativo-laboral de las personas que acuden a las clases. A diario comprobamos que, cuando la persona interioriza con claridad el camino a seguir teniendo en cuenta las potencialidades y capacidades ya adquiridas y las que debe adquirir, todo va tomando sentido.
De toda la oferta formativa que ofrece el Centro de Formación, queremos abrir una ventana al curso que actualmente se está desarrollando sobre aprendizaje de tareas básicas en la atención domiciliaria. Empezó el día 1 de febrero y terminará el 8 de abril.
El objetivo de este curso es preparar a las personas que asisten —mujeres en este caso— en los conocimientos básicos, sin certificación, para la atención domiciliaria, con la finalidad de facilitar su acceso al certificado profesional de Atención Sociosanitaria y/o completar y reforzar sus conocimientos de empleo doméstico.
A lo largo de las sesiones se trabajan módulos formativos importantes como la atención higiénico-sanitaria, la limpieza profesional o la alimentación teórico-práctica. Detrás de este objetivo de capacitación y adquisición de formación, descubrimos otro invisible en contenidos, pero tan importante en el itinerario de las personas como el anterior. Se trata de sentir que formas parte de un grupo; de un grupo que aprende a escuchar, a valorar, a respetar y a acompañar. Y este objetivo marca la diferencia.
El grupo genera una fuerza incomparable. Es la sinergia grupal que ayuda a no perder el ritmo para seguir adelante.
El sentido de pertenencia al grupo empodera a las alumnas. Este bienestar repercute en ellas, porque sienten que aprenden con mayor motivación y fluidez. Sus risas en el recreo y sus ojos (ya que no podemos ver los rostros en su totalidad) nos lo confirman.
Con este doble objetivo —formar y empoderar— trabajan tanto la formadora como el voluntariado que acompaña y acoge durante todo el proceso.
Les hemos preguntado a ellas. Les hemos pedido que nos digan lo que les está aportando el curso. Y esto es lo que nos han dicho:
«Agradecemos este curso, porque nos motiva a seguir formándonos».
«Aprendemos muy bien porque tenemos material, teoría y práctica».
«Aprendemos a trabajar con motivación y calidad».
«Recibimos acogida, apoyo y escucha. Nos hacen sentir que sí podemos seguir adelante».
«Nos prepara para la vida profesional».
«Me da la oportunidad de aprender cosas nuevas, de tener más habilidades para trabajar y pensar qué camino quiero seguir».
«Cáritas nos ayuda a abrir caminos y más posibilidades para trabajar».
«Aprendemos cosas que nadie nos puede quitar, gracias a las formadoras y voluntarias».
«Tenemos más conocimientos para poder trabajar».
«Aprendo a relacionarme con mis compañeras».
«El curso y el centro nos da la oportunidad de capacitarnos para un puesto de trabajo y para la sociedad».
El próximo día 8 el curso finalizará. Pero estas doce mujeres que han asistido seguirán su itinerario formativo llevándose un certificado de aprovechamiento y asistencia. Tan importante como el certificado es la motivación adquirida; necesaria para seguir con su proceso de desarrollo personal y profesional, para acceder al mercado de trabajo.
Equipo de Centro de Formación de Cáritas Diocesana
