En un comunicado público dirigido a la Alta Comisionada de la ONU para los DDHH con motivo de su visita a Venezuela.
En una comunicación pública dirigida a Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, con motivo de su visita, entre el 19 y el 21 de junio pasados, al país, Cáritas Venezuela se hace eco de “un clamor que ya excede el llamado de socorro que hemos pedido durante varios años y de la voz de nuestra gente, vulnerada y disminuida en su dignidad”.
Desafíos humanitarios urgentes
En la nota, Cáritas Venezuela detalla a Bachelet los desafíos humanitarios urgentes a los que se enfrenta el país en la actualidad.
El primero se refiere al retraso en el crecimiento infantil a causa de la desnutrición crónica. “Después de evaluar a más de 30 mil niños en estos últimos 3 años –señala el comunicado—, Cáritas puede hablar con pesar de todos estos niños pequeños que están entrando a su edad escolar con retardo de su crecimiento físico y el rezago cognitivo, afectivo y social que eso significa para ellos y para el capital humano con el que nos tocará en los años venideros restaurar nuestra nación. Más de un tercio de los niños que estamos atendiendo están ya en esta situación”.
La segunda cuestión se refiere a la diáspora masiva de venezolanos y “la fisura extensa e irreparable que está dejando en nuestro tejido la emigración”. Como denuncia Cáritas Venezuela, “uno de cada 13 venezolanos se ha ido ya, buscando un lugar donde la vida sea posible. Estamos perdiendo el alma de nuestro pueblo: se nos están yendo madres, padres, maestros, médicos, investigadores, hermanos, personal humanitario, nuestros ancianos. Estamos perdiendo capacidades, cuidado, memoria y todos los vínculos sociales y afectivos que sostienen la institución familiar”.
Las nuevas formas de esclavitud es el tercer aspecto en el que incide Cáritas ante Bachelet, al alertar sobre las lacras “del trabajo precario, la trata de personas y la prostitución que hoy merman la integridad física, espiritual y moral”. Como se afirma en el escrito, “son miles los venezolanos a los que se le agotaron los medios y están transando su vida con lo único que les queda, su propia integridad. La situación nos está asfixiando hasta llevarnos a tasas sin precedente de suicidios, de prostitución y de hermanos atrapados en redes de trata de personas, en el tráfico ilegal, en trabajos forzados, en situación de esclavitud”.
La crisis del sistema educativo es otro de los problemas citados por Cáritas Venezuela. “La deserción de nuestro sistema educativo, tanto de alumnos, como de maestros y profesores, está desmantelando el futuro del país. Venezuela tiene, ahora mismo, más de la mitad de sus aulas en escuelas y universidades, vacías”, se señala.
Otro punto en que también incide Cáritas Venezuela es el de “la violencia como forma de intercambio social, que atraviesa todas las esferas ya de nuestra sociedad y de nuestras familias”. “Nos compromete, especialmente, la violencia alimentaria, porque la hemos seguido y registrado –indica la nota—. Ésta no es solo la violencia con la que han destruido nuestra agricultura, o la de la escasez y la corrupción. Es también la violencia alimentaria simbólica con la que nos han quitado la memoria, la tradición, el derecho a comer por preferencia y la comensalía como espacio sagrado de creación y vínculo social”.
Junto a los aspectos relacionados con el aumento de la precariedad social, el comunicado muestra también su inquietud ante “la pérdida del Estado de Derecho como recurso, como referencia y valor”. “No hay a quien acudir, es el sentimiento de orfandad de las víctimas de la violencia del Estado. Esta pérdida afecta nuestra cultura de derechos y nuestra civilidad al erosionar el respeto por la institucionalidad, por el orden, por la justicia y la verdad”, afirma Cáritas Venezuela.
Asimismo, la nota hace referencia explícita a un serio problema que está pasando desapercibido para la opinión pública internacional, como es “la depredación del medio ambiente por el extractivismo de la riqueza mineral y sobre todo humana. Poblaciones indígenas diezmadas por las epidemias y por una cultura de explotación asociada a la minería ilegal están acabando con una selva que es de toda América”.
Reclamaciones a la Alta Comisionada
“¿Ante toda esta destitución, qué nos quedará para restaurarnos a nosotros mismos?”, se preguntan los responsables de Cáritas en la nota, que reclaman detener ya este proceso de intenso deterioro “para poder reparar las profundas heridas causadas durante tantos años”. Con ese objetivo, en el comunicado solicitan a la Alta Comisionada de la ONU Para los Derechos Humanos:
– Que en su próximo Informe de julio, continúe reflejando la grave situación de derechos humanos que se vive en Venezuela.
– Que exija al Gobierno abrir una oficina de DD.HH. de la ONU en Venezuela que monitoree el cumplimiento de las recomendaciones para restituir los derechos vulnerados.
– Que intervenga para que se logre la restitución de los derechos electorales, políticos y económicos de los venezolanos, que permita a todos los ciudadanos vivir en Venezuela con libertad, dignidad y progreso.
– Que solicite el desmonte del FAES y de los grupos irregulares que actúan como cuerpos de control, coacción y violencia contra los ciudadanos.
– Que se reconozca las organizaciones de la sociedad civil como actores importantes en la actuación frente a la crisis humanitaria. Y que el Estado otorgue las facilidades para su operación y logística.
– Que se haga público la data oficial sobre los temas importantes de la vida del venezolano, que permitan tomar medidas correctivas a través de políticas públicas.
– Que se flexibilice para las ONG los requerimientos para recibir donaciones, con miras al escalamiento de la asistencia humanitaria en acción coordinada con el Plan de asistencia de Naciones Unidas.
Anexos con la dimensión de los daños
La nota pública dirigida a Bachelet incluye cuatro anexos con datos muy elocuentes sobre el alcance de los daños ocasionados por desnutrición aguda, retraso en el crecimiento infantil, supervivencia familiar y acceso a los alimentos básicos.
Desnutrición aguda
Ahora mismo, 52 de cada 100 niños que están llegando a Caritas tienen algún tipo de déficit nutricional reciente.
10% de ellos necesitan ayuda humanitaria inmediata, unos 130.000 niños pequeños. Nosotros hemos podido salvar solo a 11 mil. Queremos salvarles a todos.
24% de las mujeres embarazadas que recibimos cursa su embarazado con desnutrición. La tercera parte de ellas no tiene todavía 18 años.
Fuente: Cáritas Venezuela. Monitoreo Centinela de la Seguridad Alimentaria y la Desnutrición Aguda. S.A.M.A.N.R
Retraso en el crecimiento infantil por desnutrición crónica
Ahora mismo, más de un tercio de los niños y niñas que están llegando a Caritas (35%) ya viene con retardo irreparable de su crecimiento físico. Son niños que están viviendo en privación nutricional al menos hace 5 años.
En el 2017 era el 27% .esto es evidencia suficiente que han vivido bajo múltiples carencias, al menos, desde el
El retardo de crecimiento se detecta incluso en niños menores de 1 mes
Fuente: Cáritas Venezuela. Monitoreo Centinela de la Seguridad Alimentaria y la Desnutrición Aguda. S.A.M.A.N
Supervivencia familiar
6 de cada 10 familias que escuchamos están viviendo de la mendicidad y rebuscando comida en los vertederos de basura.
7 están comiendo cosas que preferirían no tener que comer.
4 han tenido que vender sus enseres, destituirse para comprar alimentos.
5 se han ido a dormir sin comer.
4 han tenido que separarse como familia para poder vivir.
Fuente: Cáritas Venezuela. Monitoreo Centinela de la Seguridad Alimentaria y la Desnutrición Aguda. S.A.M.A.N
Acceso a alimentos básicos
Han desaparecido del patrón alimentario de la gente más empobrecida la leche, los vegetales, la carne, el pescado, los huevos, el pescado.
7 de cada 10 de nosotros depende absolutamente de comprar la caja de alimentos que el Estado les vende.
Fuente: Cáritas Venezuela. Monitoreo Centinela de la Seguridad Alimentaria y la Desnutrición Aguda. S.A.M.A.N
Aportación de Cáritas Española
Desde el inicio de la crisis en Venezuela, Cáritas Española ha venido apoyando el trabajo de la red Cáritas tanto en Venezuela como en los países vecinos que están acogiendo importantes contingentes de venezolanos que salen del país a causa del deterior de la situación humanitaria.
En lo que va de año, Cáritas Española ha dado respuesta al llamamiento de emergencia de Cáritas Venezuela del pasado mes de marzo por importe de 735.000 euros para recabar apoyo financiero a un nuevo programa de seguridad alimentaria, nutrición infantil y atención sanitaria para 17.000 personas. La aportación de Cáritas Española ha sido de 100.000 euros.
En Colombia, Cáritas Española ha apoyado con otros 100,000 euros a la petición de emergencia lanzado por la Cáritas Colombiana en enero pasado por valor de 600.000 euros para financiar sus programas de ayuda humanitaria a 8.863 refugiados venezolanos en los departamentos de La Guajira y Nariño.
Asimismo, se han aportado 40.000 euros a la petición de ayuda de Cáritas Ecuador para financiar sus programas de asistencia humanitaria a 1.090 refugiados venezolanos en las provincias de Imbaura y Pichinca.
Estos fondos movilizados en los últimos meses para dar respuesta fraterna a la crisis venezolana se engloban en el monto total de 530.000 euros que desde 2017 Cáritas Española ha venido destinando a los proyectos de ayuda desarrollados en la región por las Cáritas de Venezuela, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú.
Galardón a Janeth Márquez, directora de Cáritas Venezuela
La directora de Cáritas Venezuela, Janeth Márquez de Soler, ha sido reconocida con el Premio Humanitario 2019 otorgado por InterAction, una red integrada por 180 organizaciones no gubernamentales de todo el mundo dedicadas al trabajo contra la pobreza extrema, el desarrollo sostenible y la promoción de la dignidad humana.
Su labor fue reconocida entre la de otros cientos de líderes sociales por “su liderazgo y esfuerzo al llevar adelante la labor humanitaria con valor, iniciativa, coraje creatividad, actuando con acierto bajo condiciones de presión, con integridad y sacrificio”, según se señala en el acuerdo del jurado, quien valoró no sólo el alcance de las actividades de Caritas Venezuela sino la compleja situación económica y política en las que se llevan a cabo.
Janeth Márquez, que es socióloga, politóloga y educadora comunitaria, señaló que este reconocimiento no sería posible sin el ejemplo y testimonio de amor cristiano de obispos, sacerdotes, religiosas, laicos y más de 20.000 voluntarios que sin esperar nada a cambio dan una mano a sus hermanos. “Este premio ilumina un camino de fe, esperanza y de trabajo para una Venezuela que no se rinde ante tantas adversidades”, afirmó.