Cáritas Euskadi atendió a 34 288 personas durante 2022

  • La inversión en ayudas económicas directas a las familias alcanzó los 904.885,18 €, una inversión que se ha duplicado respecto a las cifras anteriores a la pandemia.
  • El 56 % de las personas atendidas es mujer.

Tras dos años de sufrir y responder a las profundas consecuencias sociales y económicas de la pandemia, el protagonismo en 2022 de la subida de los precios en bienes de consumo y en la energía, ha colocado de nuevo a las familias en situaciones muy complicadas. Junto a ello, la guerra de Ucrania ha engrosado las filas de personas que llegan a nuestro entorno buscando refugio y protección.

Esta realidad ha tenido su reflejo en la acción desarrollada por Cáritas Euskadi. Las situaciones de vulnerabilidad y exclusión social se han hecho más complejas, si cabe, para las personas acompañadas por la entidad, dificultando el acceso a las oportunidades para mejorar las condiciones de vida y la inclusión social.

El empleo y la vivienda constituyen los principales factores de inclusión social, y en ambos casos, Cáritas Euskadi constata que persisten las dificultades de acceso a ambos derechos para las personas acompañadas por la institución.

  • Empleo precario. Las condiciones que ofrece el mercado de trabajo hacen que el empleo ya no sea un mecanismo inclusivo suficiente. Tanto para las personas autóctonas como para las personas migrantes regularizadas, sigue siendo difícil el acceso al trabajo decente; el logro de un empleo no necesariamente lleva consigo la mejora de la calidad de vida.
  • Dificultades para mantener la vivienda. Una realidad que va en aumento dado que el pago de la misma se ha convertido en un pozo sin fondo para los ingresos de las familias acompañadas.
  • Perfil de las personas acompañadas. Son mujeres y especialmente aquellas que ejercen cuidados, bien en el ámbito laboral, bien en el ámbito familiar. Esta realidad reclama situar el reto del cuidado de la vida en el centro de nuestro modelo de sociedad.
  • Migrantes en situación de irregularidad. Constatamos la imposibilidad de una integración plena y real de estas personas. Sería necesaria una profunda reforma de la legislación de extranjería que flexibilizara los requisitos para la regularización de estas personas y avanzar en las oportunidades de inclusión social de las mismas.

La acción de Cáritas Euskadi ha podido desarrollarse una vez más gracias al esfuerzo de 3.575 personas voluntarias, principalmente mujeres (73%), que durante el 2022 han mantenido su compromiso a favor de la justicia, acompañando de cerca a las personas en situación más vulnerable. Nuestro reconocimiento y agradecimiento a todas ellas.

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