La Comisión Diocesana de Mayores está constituida por agentes de Cáritas y de la Pastoral Diocesana de la Tercera Edad. Un año más ha sido fiel a su cita con las personas mayores de nuestros grupos parroquiales y con el voluntariado que las anima y acompaña, organizando y realizando estas jornadas, los días 30 y 31 de enero, acabando con una Eucaristía el pasado día 2 febrero.
El lema entorno al que nos hemos unido este año, ha sido “El cuidado… ¡una oportunidad!”, ya que es una realidad que vivimos en el día a día, sobre todo en una sociedad con un porcentaje, cada vez mayor, de personas a las que el envejecimiento y la enfermedad llevan a la fragilidad y la dependencia.
En estas jornadas Maria Luisa Martín, psicóloga, nos descubrió la importancia de conocer y manejar factores, sentimientos y emociones, contradictorios y conflictivos, que se generan, a fin de ayudar, mejorar la calidad de vida y transformar la situación del cuidado en una experiencia vital satisfactoria.
Un buen ejemplo es Matilde Mendieta, hija de una mujer con la enfermedad de Alzheimer. Con su testimonio se constató un interés por intentar dejar el mundo un poco mejor de lo que lo ha encontrado, y se ha propuesto hacer todo lo que esté en su mano en la lucha contra el Alzheimer. Una parte de su fórmula maestra es su libro “9 regalos del alzheimer”. Nos admiró y animó cómo Matilde “supo dar la vuelta al calcetín”. Nos propuso: descubrir las oportunidades que las circunstancias nos regalan; así, siempre podremos contar con la ley de la atracción como una inagotable despensa de recursos si visualizamos y creemos firmemente en nuestros sueños.
Con Julio Gómez, médico especialista en cuidados paliativos, pusimos de relieve la posibilidad que brinda el proceso de cuidar, al igual que otros momentos y circunstancias claves de la vida, para vivirlo como camino que nos lleve a un mayor bienestar espiritual: con transcendencia, con afirmación de la vida en relación con Dios, consigo mismo, y con los otros. Se trata de abrir la posibilidad de encontrar un significado y un propósito a la vida, de forma que todo ello contribuya a una armonía interna y se generen sentimientos de satisfacción.
El día 2 de febrero se puso el broche final de estas jornadas con la Eucaristía del día de la Presentación del Señor, Fiesta de la Luz, reconociendo a los ancianos Ana y Simeón, y en ellos, a todas las personas mayores que nos rodean y, en especial, a quienes les cuidan y acompañan.
