El tradicional encuentro de arranque de la actividad del curso fue diferente con respecto a años anteriores. En la tarde de ayer, el obispo de la diócesis, D. Juan Carlos Elizalde, voluntariado, dirección, sacerdotes, trabajadores y trabajadoras de Cáritas se hicieron llegar hasta el barrio de Zaramaga para un doble fin: compartir la disposición de enfrentar con ilusión y compromiso renovado el inicio de curso y, también, asistir a la bendición de los locales de la nueva agencia de colocación de Cáritas.
En primer lugar, en torno a las seis y media de la tarde, dio comienzo la bendición de Lan Bila. A falta de cámaras para el seguimiento del acto el obispo Elizalde no dudó en salir al pasillo para hacer llegar el agua bendita también a las personas que no habían podido acceder a la sala donde tuvo lugar el rito.
Compartiendo el viaje
En espera de que se hiciera la hora para el comienzo de la eucaristía, en las puertas de la parroquia de Belén se improvisó un artesano photocall para dar respuesta a la llamada del papa Francisco de participar en una ciberacción mundial que, en el día de ayer, visibilizara la campaña que había presentado el pontífice esa misma mañana en Roma.
La campaña de Cáritas Internationalis, Compartiendo el viaje, promueve trabajar por una cultura del encuentro, generar espacios donde las personas que han vivido una experiencia migratoria puedan compartirla y contribuir así al conocimiento de realidades, a la empatía y a la solidaridad en las comunidades de acogida.
En los minutos previos a la eucaristía, personas voluntarias y trabajadoras se fotografiaron delante de los carteles de la campaña reproduciendo el logotipo de la misma: una cadena humana de personas que muestran su actitud de acogida a quienes llegan de otros lugares con su viaje migratorio a la espalda y la necesidad de una familia humana.
El papa Francisco había pedido la implicación de los obispos, tanto en la difusión de la campaña como en el gesto de prestarse a fotografías donde la actitud de acogida se propagara por las redes sociales en el día de arranque de la campaña. Junto a otros obispos, también el obispo de Vitoria se sumo a la campaña retratándose para impulsar la ciberacción recogida en todo el mundo con la etiqueta #ShareJourney
«La mayor carencia del desempleo es la imposiblidad de alcanzar la plenitud»
La convocatoria de ayer estaba repleta de motivos de celebración: la bendición de los locales, el lanzamiento de la campaña Compartiendo el viaje y el deseo de renovar el compromiso con el trabajo en Cáritas.
El obispo dedicó las primeras palabras de la homilía a destacar la vocación de la agencia de colocación Lan Bila de contribuir a ofrecer oportunidades a personas que necesitan apoyo: «Los que van a pasar por aquí son los preferidos del Señor. Cáritas personifica la compasión de Jesús; a Jesús le duelen los que más sufren, se le conmueven las entrañas con los pequeños».
Dijo también D. Juan Carlos que «La gran carencia de no tener trabajo no es solo la nómina; es también que imposibilita a las personas desempleadas para sacar lo mejor de sí mismas y compartir sus dones. La mayor carencia del desempleo es la falta de autoestima y la imposibilidad de alcanzar la plenitud».
Las palabras de Elizalde recogieron también el sentido de la campaña Compartiendo el viaje, apuntando que fue Jesús el primero en hacer el viaje: parte de Galilea, de un hogar sencillo, enviado para anunciar el Evangelio. «Jesús nos enseñó que la misericordia es la llave hacia el cielo. Nos acompaña desde dentro a ayudar en el viaje traumático de mucha gente. Y de esta manera estamos poniendo el corazón de la diócesis en los últimos» (…) «Sin la opción por los pobres el anuncio del Evangelio corre el riesgo de ser incomprendido o de ahogarse en un mar de palabras» (…) «La personificación del Señor está de una manera especial en los últimos».
Salir, ver y llamar. Reconocer, interpretar y elegir.
Con estas dos tríadas de verbos destacadas por D. Juan Carlos Elizalde en su homilía podría resumirse el sentido del encuentro de ayer.
«Jesús salía, se encontraba con la gente, se conmovía. Debemos preguntarnos cuál es la zona de confort que debemos dejar atrás para salir y ver las necesidades concretas. Y desde ahí preguntarnos a dónde nos llama el Señor». Así, con estas palabras, quedaron recogidas las actitudes necesarias para el desempeño de un compromiso con la acción de Cáritas.
Previo a ello, cobra particular sentido la segunda de las tríadas puestas sobre la mesa por el obispo: «Reconocer los sentimientos de mi corazón, por mi realidad, por la vida que llevo, por mis circunstancias familiares… Después, interpretar: ¿Qué me está diciendo el Señor con todo esto? Y finalmente, elegir. Hay que tomar una decisión, la mejor respuesta aquí y ahora. Los pobres se merecen nuestra lucidez y que acertemos».
Las primeras respuestas al desempleo
Fue al arrope de la comunidad de la Parroquia de Belén donde Cáritas dio sus primeros pasos para intentar responder a la realidad de exclusión por el desempleo. Allí vieron la luz los primeros talleres de Lagun Artea y, por ello, en el momento de nombrar en la eucaristía a las personas fallecidas en los últimos meses, se quiso también expresar un recuerdo citando a aquellas personas que fueron claves en la puesta en marcha y desarrollo del programa. Más de treinta años después, la agencia de colocación Lan Bila es un paso fundamental en el compromiso de Cáritas con las necesidades de empleo en nuestra sociedad.