El poder de cada persona «Cada gesto cuenta».

Pertsona bakoitzaren indarra. Keinu bakoitzak du zerezana».

Este año celebrar el Día de Caridad tiene un sentido diferente y especial.

La pandemia mundial que ha generado el coronavirus nos ha obligado a disponer de nuestras vidas de una forma inimaginable hace tan sólo unos meses.

Tiempos de cambios, donde una sociedad mucho más frágil y vulnerable, emerge con una hoja de ruta con más incertidumbres que certezas. Sin embargo, es desde esta fragilidad desde donde hemos visto brotar miles de gestos solidarios llenos de caridad, de ese amor gratuito que nace del corazón de forma libre y desinteresada, sin esperar nada a cambio. Personas de pensamiento diverso, de todas las creencias, oficios, de todos los países del mundo, de todos los pueblos y barrios, todas a una, se han movilizado y puesto al servicio de una humanidad amenazada y herida. La experiencia vital nos ha hecho reaccionar ante el sufrimiento y el dolor compartido y nos ha empujado a rescatar nuestro sentido de identidad y pertenencia, priorizando el bien común.

Como Iglesia, como comunidad cristiana, tenemos el reto de acompañar y cuidar la fragilidad y también cultivar la solidaridad emergente para que no se quede sólo en una reacción ante la amenaza compartida sino en una forma nueva de ser y estar en el mundo.

El tiempo pascual ha abierto de par en par las puertas al Espíritu, el auténtico motor capaz de transformar-nos, de transformar el corazón y nuestro estilo de vida. Por eso, ahora, se hace aún más imprescindible celebrar la vida y el encuentro, alabar y dar gracias a Dios.

Tenemos grandes retos por delante que no podemos abordar solos, ni como individuos ni como organizaciones de forma unilateral. Necesitamos dibujar en común nuevos escenarios de vida y posibilidad para todos, y generar nuevos espacios de encuentro para sanar juntos.

El Mensaje de los obispos con motivo de la festividad del Corpus Christi, Día de la Caridad, así lo expresa:

Este trabajo de transformación del mundo no podemos llevarlo a cabo solos. Necesitamos de todos y particularmente de nuestras autoridades políticas, civiles, económicas y religiosas. Necesitamos personas con mucha paciencia, con la mirada puesta en los más frágiles de nuestra sociedad, y con una firme voluntad de llegar a acuerdos y de aplicarlos.

Todas las personas que formamos parte de Cáritas, voluntarios y técnicos, las comunidades y grupos de las parroquias, las personas que participan en proyectos, las que se acercan puntualmente para pedir ayuda o para ofrecerla, las que realizan donativos, las que ven con buenos ojos nuestra labor y todas las que se sientan invitadas a reconstruir la sociedad de una manera nueva, todas juntas y cada una, tenemos el poder, la posibilidad y la oportunidad de cambiar y transformar nuestro estilo de vida de forma que refleje el ser y el hacer de Jesús.

De esta forma, celebrar el Día de la Caridad adquiere una nueva dimensión y ofrece un nuevo camino, donde se nos invita a caminar con Él y con otros, compartiéndolo, porque no tenemos que recorrerlo solos, que es mucho más difícil. como los de Emaús para que la carga sea más ligera (cf. Lc 24 13-35): tejiendo comunidades de esperanza donde se acoge y se escucha, donde se ora y se celebra, comunidades en las que hay encuentro y perdón, donde podemos sanar y hacernos cargo de los más frágiles, comunidades proféticas que toman partido y denuncian las injusticias. Comunidades inclusivas, espacios de acogida, donde cada uno se puede sentir como en su casa. Comunidades formadas por personas que realizan gestos sencillos, cotidianos, gratuitos, cargados de amor y de esperanza, capaces de reconstruir la vida.

 

Materiales  «CORPUS» , día de la Caridad. 14 de junio de 2020.

Descargables:

Cartel CORPUS 2020_50x70

Cartel CORPUS 2020_27x35

Orientaciones Caridad 2020 Castellano

Carta pastoral de Corpus Christi 2020 

 

Guión Litúrgico—————————————————

Guion Litúrgico Corpus_Castellano 2020

Guion Litúrgico Corpus_Euskera 2020

 

Descargar Video: Vídeo Caridad 2020