- Son muchos años los que Cáritas viene acompañando la realidad de las violencias machistas desde los proyectos y programas que tienen como centro a las mujeres, cuyas vidas están casi siempre afectadas por situaciones de maltrato y abandono que violentan su dignidad.
“Los creó semejante a Dios mismo. Hombre y mujer los creó, y les dio su bendición” (Gn 1, 27).
Son muchos años los que Cáritas viene acompañando la realidad de las violencias machistas desde los proyectos y programas que tienen como centro a las mujeres, cuyas vidas están casi siempre afectadas por situaciones de maltrato y abandono que violentan su dignidad; son situaciones que nos convierten en testigos de una realidad de sufrimiento que afecta a muchas personas, muchas mujeres con sus hijos e hijas, que no podemos ignorar y que como Iglesia nos compromete.
Estas realidades que conviven entre nosotros pero que a menudo no vemos, están enraizadas en un sistema estructural de desigualdad e injusticia social sostenido a lo largo de la historia, y afecta a mujeres, niñas y adolescentes de todos los estratos sociales, pero con mayor impacto en las que se encuentran en situación de pobreza y exclusión social.
“He sufrido maltrato físico y psicológico por parte de mi pareja. También me ha aislado y abusaba de mi económicamente, me quitaba el dinero que cobraba de la prestación. Actualmente sufro también violencia vicaria ya que utiliza a mis hijos para hacerme daño. En febrero de 2022 me pude escapar… He vivido con mucho miedo, muy triste y muy sola…” (Persona participante en el Programa de Cáritas Diocesana de Vic).
Como el buen samaritano, no podemos mirar hacia a otro lado ni dejar de ver el sufrimiento, muchas veces oculto, que viven tantas mujeres por el hecho de serlo.
Por ello, nos sumamos a las palabras del Papa Francisco cuando expresó: “Cuánta violencia contra las mujeres. Basta. Herir a una mujer es ultrajar a Dios, que tomó la humanidad de una mujer”, y apostamos por seguir trabajando contra la desigualdad entre hombres y mujeres y a continuar promoviendo una educación en igualdad en nuestra sociedad.
“Esto no va de mujeres contra hombres, sino de personas que trabajan juntas para construir una sociedad más igualitaria y justa. Es hora de romper un silencio que nos hará cómplices, es hora de decir basta, porque acabar con la violencia machista depende de nosotros” (Voluntario de Cáritas Diocesana de Jaén).