Programa de Mujer

Acompañando a mujeres en Cáritas

Cuánta violencia hay contra las mujeres. Basta. Herir a una mujer es ultrajar a Dios, que tomó la humanidad de una mujer.

Papa Francisco

El pasado 19 de mayo, treinta y dos personas voluntarias del Programa de Mujer asistimos a una sesión formativa impartida por Noelia de Pablo, compañera responsable del Programa de Mujer, Prostitución y Trata, de Cáritas Española.

El objetivo de la sesión era trasladar al voluntariado del programa, una visión general del trabajo con mujeres que se hace en el ámbito de la Confederación Cáritas. Así, con el enfoque y la trayectoria de la experiencia del confederal, el Programa de Mujer de Cáritas tendría más capacidad de orientar sobre los pasos a dar en el acompañamiento a mujeres en nuestra diócesis.

Desde el reconocimiento a nuestra identidad cristiana,  Noelia nos propuso orar con la lectura de la parábola del buen Samaritano, pero… con un pequeño cambio:

Un maestro de la Ley, que quería ponerlo a prueba, se levantó y le dijo:

—Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?

Jesús le dijo:

—¿Qué está escrito en la Escritura?, ¿qué lees en ella?

El hombre contestó:

—Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Jesús le dijo:

—¡Excelente respuesta! Haz eso y vivirás.

El otro, que quería justificar su pregunta, replicó:

—¿Y quién es mi prójimo?

Jesús empezó a decir:

—Bajaba una mujer por el camino de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que la despojaron hasta de sus ropas, la golpearon y se marcharon dejándola medio muerta.

Por casualidad bajaba….

 
Parábola del Buen Samaritano (fragmento)

Y partir de ahí, nos planteamos una reflexión: ¿Qué nos sugiere este cambio en la parábola?, ¿qué ecos distintos encontramos siendo la victima una mujer?, ¿qué violencias imaginamos que sufrió la mujer?

No cabe duda que, de esta manera, la parábola plantea tres retos imprescindibles en la exigencia de dignidad, igualdad y cuidado —principios de la Doctrina Social de la Iglesia— para todas las mujeres. Son:

Nombrar a las mujeres, teniéndolas en cuenta como sujetos particulares dentro del pensamiento social de la Iglesia, poniándolas en el centro, desde la dignidad.

En segundo lugar,  nombrar sus realidades vinculadas a contextos de desigualdad y de violencia, exigiendo igualdad y justicia.

Y en tercer lugar, nombrar las desigualdades y las violencias, para desde ahí trabajar en la cultura de la paz y del cuidado.

Esta mirada desde la fe, nos invita a trabajar en la realidad que vivimos: un sistema social generador de desigualdades entre hombres y mujeres; una lacra de carácter estructural que tiene consecuencias directas en las mujeres, en general, y en mayor medida en las que acompañamos desde Cáritas y cuya principal manifestación son las violencias que padecen.

Noelia nos ofreció datos recogidos por el programa confederal de Mujer: Cáritas, en 2022, prestó atención especializada a más de 9000 mujeres en 42 proyectos diferentes; de los cuales, 28 son específicos de acompañamiento a víctimas de violencias machistas. En estos proyectos se trabaja con el objetivo de garantizar el acceso a los derechos humanos y mejorar las condiciones de vida de las mujeres víctimas de violencias machistas y de sus hijas e hijos, apoyando procesos de desarrollo y acompañamiento integral hacia una opción de vida libre y autónoma. En la actualidad, en casi todas las diócesis hay ya proyectos socioeducativos y comunitarios que trabajan con mujeres en claves similares.

Tras la sesión formativa y el conocimiento de la experiencia del trabajo confederal con mujeres, desde el ámbito del Programa de Mujer de Cáritas de Vitoria nos colocamos en una posición que nos pide CUESTIONAR-NOS, FORMAR-NOS, ACOMPAÑAR-NOS y ESCUCHAR-NOS, si queremos ser BUENA NOTICIA; dispuestas a gestar un mundo nuevo, donde mujeres y hombres en un cuidado mutuo, puedan encontrar  una palabra de esperanza y de liberación de sus sufrimientos.


📌Olga Cruz, responsable del Programa de Mujer