XXII Encuentro Rural

Compromiso, esperanza, naturaleza y comunidad, las cuatro palabras que mejor recogen la visión de nuestros pueblos

«Tenemos que poner alegría y compromiso en nuestras vidas. Una persona que se dice cristiana tiene que tener esperanza».

Son palabras de Carmen López, de Cáritas Jerez, la segunda de las ponentes invitadas a ofrecer su mirada sobre el medio rural, a este XXII Encuentro celebrado el pasado sábado en Kuartango, al que asistimos alrededor de sesenta personas.

Es precisamente «esperanza», una de las palabras más destacadas en esa nube de palabras que recoge la fotografía y que resume las aportaciones de del voluntariado de las Cáritas rurales a esa pregunta formulada en el tramo final del encuentro: ¿Cómo vemos nuestros pueblos? Compromiso, naturaleza, comunidad… no son solo palabras. Reflejan las ganas de seguir haciendo por que todo mejore y avance para todas las personas; ponen en valor el entorno, lo que nos aporta y lo importancia de relacionarnos con él desde la sostenibilidad; destacan que todo lo que emprendamos ha de ser en compañía, en esa comunidad que nos hace sentirnos parte de algo grande, importantes; que nos brinda el arrope y la fuerza para enfrentar las dificultades.

Un mundo rural que muere y un mundo rural que nace con nuevas oportunidades

Contamos también con la presencia de Raúl Flores, coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas Española. Quiso nuestro compañero abrir su ponencia con una afirmación: «Rural no es igual a vaciado». Desde ese punto de partida le escuchamos decir cosas como estas, que nos permiten identificar cómo repercuten en las el agravio comparativo que se vive en los pueblos en relación con el medio urbano:

«La despoblación deja sin derechos a muchas personas. Es también un problema medioambiental, de sostenibilidad. Se acaba por asumir que esas personas del medio rural vaciado no tienen los mismos derechos. Por eso cuesta defender lo rural, el pueblo. Hemos de hacernos tres preguntas: dónde trabajo, dónde vivo y dónde socializo. Las respuestas deben ser lo suficientemente atractivas para optar por el medio rural. Defender el mundo rural, darle posibilidades, pasa por las políticas públicas, por salirse del paradigma economicista que pone en el centro el desarrollo económico, y por un cambio en la mentalidad de las personas».

No obstante, a nadie se le escapa que la riqueza del mundo rural es indiscutible: las materias primas, los recursos alimenticios, el paisaje, la interdependencia de las personas, la fortaleza de las raíces y la identidad, la cultura y la conexión con la naturaleza y el paisaje… son grandes valores que refuerzan el orgullo de ser del pueblo y quedarse en el pueblo: «Hay una belleza, una energía que nos hace sentir que eso es nuestro, que nos conecta cuando nos exponemos en todo lo que conlleva pertenecer al medio rural. Eso es una gran riqueza».

La mirada de Raúl se detuvo también en el reconocimiento de sus pobrezas: no solo el despoblamiento lo es; también el envejecimiento, la masculinización, la brecha digital, la falta de servicios, la carencia y la exclusión social, y también la desesperanza. «La desesperanza es también un indicador de pobreza. Tenemos que pensar en que, efectivamente, hay un mundo rural que muere, pero también hay un mundo rural nuevo que está naciendo con nuevas oportunidades».

Pues manos a la obra. Aquí recogemos varias propuestas lanzadas por el ponente:

«Hay que diseñar una estrategia clara contra la despoblación: 100 megabytes mínimos de conectividad, 30 minutos máximo para acceder a los servicios básicos y 30 km como tope para el acceso a una vía de alta velocidad». Y añadió: «Se necesita además una estrategia eclesial que reconozca la diversidad rural, que analice la presencia o ausencia de la Iglesia, que visibilice el abandono del paradigma economicista, que haga gala de lo positivo del medio rural, que grite contra la injusticia y que refuerce la comunidad».

Y aquí una línea para avanzar y aupar el medio rural: «Mirar desde la minoría es la clave para diseñar unas políticas públicas orientadas al bien común. El medio rural necesita de este cambio de enfoque en las políticas».

Con este cierre cargado de energía, terminó la exposición de nuestro compañero de Cáritas Española: «Tenemos una gran capacidad para no abandonar, para celebrar nuestra unión y nuestra fuerza, para reconocer nuestros problemas. Pero también para preservar y cuidar el medio rural. Nos podemos salvar juntos».

Dios nos habla desde lo rural

Tras el descanso, escuchamos con mucha atención a la compañera de Cáritas Jerez, Carmen López. Esta segunda mirada, a través de la historia de la salvación.

Carmen nos habló del valor de la oración como vehículo para identificar lo que en el día a día nos acerca a Dios. Nos propuso utilizar la Biblia «como pie de página», como lugar al que ir buscando aclaraciones o respuestas sobre lo que no entendemos: «Las parábolas de la Biblia son tomadas de la naturaleza, para hacernos saber que somos los elegidos, que tenemos una forma de actuar determinada con las personas más frágiles; desde la sencillez, la simplicidad y nuestros dones».

Con pasajes bíblicos como referencia, nuestra compañera de Cáritas Jerez nos habló de un Dios que se abaja, ve el sufrimiento del pueblo y lo libera. «Dios entra en la historia de la salvación de la persona y hace una alianza con su pueblo. Tenemos que volver a la alianza. Dios apuesta por nuestra transformación interior y a partir de ahí la de nuestra vida, en forma de actuar, valores, el cuidado de la creación. Nuestros pueblos tienen que adaptarse a esa clave».

También puso en valor la comunidad como referencia de nuestros ser y actuar: «Dios nos llama a ser comunitarios. Jesús no va solo, elige a doce. Nos necesitamos siempre; también las personas que lo hacen bien necesitan del contraste de otras. Toda nuestra historia de salvación ha sido comunitaria».

Apuntaba Carmen que la mirada de Jesús es desde la libertad, cercanía y fidelidad al Padre. «Es desde ahí desde donde es capaz de mostrarse compasiva, indignada, penetrante, limpia, contemplativa, resolutiva, frágil y transformadora. Tenemos la responsabilidad de darle continuidad a la historia de salvación del plan de Dios siendo contemplativos, activos desde la oración, testigos y profetas… desde la lógica del don y la fraternidad. Hemos de ser personas en salida, con una visión integral, global y hermanada con la tierra».

Terminó como empezaba este post: con esa llamada a trabajar desde la esperanza, con alegría y, sobre todo —echad un nuevo vistazo a la nube de palabras— con compromiso.

Aspirar a la paz

Terminamos esta crónica del Encuentro Rural, agradeciendo su presencia al Sr. Obispo, D. Juan Carlos Elizalde, y al vicario general D. Carlos García Llata, que quisieron estar en Kuartango acompañando al voluntariado de las Cáritas rurales.

Recuperamos estas palabras de su saludo al inicio del encuentro:

«El papa Francisco dijo ayer, en la oración del día de la Anunciación de María, que las crisis mundiales no pueden servir para eludir nuestra responsabilidad en otros problemas. No podemos aspirar a la paz sin abandonar nuestras guerras personales». 

Para terminar, este es el tuit que publicamos al inicio del encuentro, al que el propio obispo respondió para hacer llegar su agradecimiento y apoyo a las personas voluntarias de Cáritas en el medio rural: